domingo, 29 de octubre de 2023

La prevención del ictus

Cada 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus, una enfermedad neurológica que aparece súbitamente. Precisamente la palabra ictus viene del latín y significa golpe, haciendo referencia a su repentina aparición. Es una enfermedad que tiene una alta prevalencia en la sociedad ya que en España se producen cerca de 120.000 ictus al año, uno cada cinco minutos. Y como la esperanza de vida va aumentando, se prevé que el número de casos se incremente: se estima que afectará a una de cada seis personas. Es la segunda causa de muerte en España (la primera en el caso de las mujeres). De no provocar el fallecimiento, puede dejar secuelas; de hecho es la primera causa de discapacidad en la edad adulta y la segunda de demencia. Los ictus son más frecuentes en personas de edad avanzada (a los 73 años de media), aunque pueden ocurrir a cualquier otra (edad). En personas menores de 40 años la principal causa de ictus es el consumo de drogas, sobre todo cocaína. También dan ictus por el estrés en el trabajo, por enfadarse mucho, por una preocupación excesiva o por un disgusto fuerte. Otros factores de riesgo son tabaquismo, diabetes, obesidad y un nivel alto de triglicéridos (un tipo de grasa). Sin embargo la hipertensión es la causa de la mayoría de los ictus (el 70 % de ellos). La tensión alta, mantenida en el tiempo, daña el corazón provocando arritmias como la fibrilación auricular, que aumenta el riesgo de ictus. Cuando el corazón late irregularmente pueden originarse coágulos de sangre en el mismo; si estos viajan hasta el cerebro es fácil que provoquen una embolia. De hecho la mayoría de los ictus se producen por el atasco de la arteria cerebral media, que impide el paso de la sangre a la otra mitad del cerebro (isquemia). Por otra parte, son más letales los ictus hemorrágicos (derrames cerebrales causados por la rotura de un vaso sanguíneo), pero afortunadamente solo suponen un 15 % de los accidentes cerebrovasculares. Aunque en ambos tipos de ictus la sangre no llega a la otra parte del cerebro y mueren células nerviosas (neuronas), fundamentalmente por falta de oxígeno. Y cuanto más tiempo pase sin restablecerse el riego sanguíneo, más neuronas morirán y por lo tanto la persona tendrá más secuelas (si es que sobrevive al “golpe”). Por eso es crucial que quien padece un ictus reciba una atención temprana por personal sanitario. En cuanto se presentan los síntomas hay que reaccionar rápidamente y llamar al 112. Es muy importante conocerlos y deberían enseñarse incluso en los institutos. Los principales son: un dolor de cabeza fuerte y repentino, perder el equilibrio, no poder levantar un brazo, tener la comisura de los labios torcida hacia unos de los lados, perder la visión y hablar como una persona borracha (arrastrando las palabras) o no poder hablar. Una vez trasladado el paciente al hospital se trata de restablecer el riego sanguíneo con la introducción de un fármaco por vía intravenosa para intentar disolver el coágulo que obstaculiza la circulación de la sangre en el cerebro. Si consigue disolverse antes de que pasen cuatro horas desde el comienzo de los síntomas, la persona no tendrá secuelas o serán mínimas. Si no se disuelve, hay otra oportunidad para tratar de lograrlo realizando un cateterismo. El catéter se introduce por la arteria femoral, en la ingle, hasta la arteria del cerebro en la que se encuentra el coágulo. Si se consigue atraparlo y se restaura el riego sanguíneo antes de que pasen ocho horas, las secuelas seguramente serán escasas y reversibles con rehabilitación (logopedia, ejercicios, etc.) Pasadas más de ocho horas estas pueden ser permanentes. No obstante, en febrero de este año ha habido un avance médico importante con una técnica que ha tratado con éxito secuelas crónicas de ictus. Dos mujeres recuperaron el control de brazos y manos con un tratamiento de estimulación neuronal desarrollado en dos universidades de Pensilvania, en Estados Unidos.   

Síntomas del ictus

   Por otra parte, la prevención de las enfermedades es fundamental. Y en el caso del ictus todavía es más importante por las dramáticas consecuencias que puede tener, pudiendo dejar discapacitada y dependiente de por vida a la persona que lo padece. La mayoría de los ictus pueden prevenirse con hábitos saludables. Uno de los más importantes es una buena alimentación. Un exceso de sal sube la presión arterial porque aumenta la cantidad de agua en el sistema circulatorio. Es recomendable tomar poca; y mejor si es marina sin refinar. Aparte, si se sigue una dieta abundante en grasas saturadas y se consume bastante azúcar refinado (sacarosa) es fácil que se eleven los triglicéridos y aumente la probabilidad de tener un ictus. También es aconsejable reducir al máximo el consumo de sacarosa para prevenir la diabetes, uno de los factores de riesgo para tener un ictus. Los alimentos que mejor previenen este son el aceite de oliva, las nueces, el tomate y el ajo. El aceite de oliva virgen extra, tomado en crudo, aumenta el llamado “colesterol bueno” (HDL) porque es una grasa monoinsaturada. Comer nueces a diario reduce el “colesterol malo” (LDL) y se “limpian” las arterias, evitando así que se formen atascos en las “cañerías”. Por otra parte, en el año 2015 un grupo de científicos de la Universidad de Finlandia Oriental demostró que el tomate reducía el riesgo de infarto cerebral o ictus hasta un 59 % por los antioxidantes que contiene; y especialmente por el licopeno, el pigmento que le aporta su color rojo, el cual es un vasodilatador que previene la formación de coágulos. También el ajo, tomado en crudo, es un magnífico anticoagulante. Para obtener su efecto terapéutico no es suficiente la cantidad que habitualmente se emplea en la cocina, por lo que es recomendable tomarlo en “perlas”. Estas se venden en herbolarios, farmacias y algunos supermercados. Con 2 o 3 perlas tomadas a diario en ayunas, acompañadas de un vaso de agua, se consigue una sangre más líquida.

   Una de las mejores plantas medicinales para prevenir el ictus es el espino blanco o majuelo, la “valeriana del corazón”. Previene y corrige arritmias cardiacas ya que normaliza el ritmo del corazón. Y además relaja y regula la tensión arterial. Puede comprarse en herbolarios y su extracto en gotas es muy recomendable.

   Para evitar el ictus también es aconsejable no fumar. Una persona que fume una cajetilla diaria de tabaco (20 cigarrillos) tiene seis veces más posibilidades de sufrir un ictus en comparación con una persona que no fuma. El tabaco aumenta la presión arterial y endurece las arterias, por lo que propicia la formación de coágulos.

   Finalmente, caminar media hora a diario previene la diabetes y la obesidad, que como ya he comentado más arriba son factores de riesgo para tener un ictus. También hay que procurar dormir bien, a ser posible profundamente: un sueño reparador equilibra el cerebro. Además es esencial relajarse para que la tensión arterial se mantenga en cifras óptimas. Escuchar música o leer un buen libro ayudan a ello.

domingo, 17 de septiembre de 2023

El sistema enferma y mata

La mayoría de los padres dicen a sus hijos adolescentes que si quieren vivir dignamente en el futuro deben esforzarse al máximo en el presente, que tienen que estudiar mucho para colocarse bien. A casi todas las personas pronto se les dice también que tienen que solucionar la vida: esta se plantea como un problema en lugar de una realidad a experimentar. Pero la “carrera de la vida” no empieza igual para todo el mundo. Quienes nacen en familias pudientes, acomodadas, lo tienen mucho más fácil para salir adelante, aunque se esfuercen poco o ni se esfuercen. Las personas ricas desde la cuna tienen más oportunidades y contactos: suelen cursar estudios superiores en universidades privadas y pueden tirarse años preparando una oposición con dedicación exclusiva, sin necesidad de trabajar; y si no heredan una empresa familiar pueden emprender sin temor al fracaso.

   Vivimos en una sociedad muy competitiva; incluso en el ámbito educativo, que por cierto falla: en general, en lugar de generar personas libres fomenta individuos productores y consumidores que no se cuestionan el sistema establecido. Por otra parte, muchas veces se presta menos atención a los alumnos que tienen más dificultades para aprender. Además en los colegios e institutos hay casos de acoso, que causa problemas psicológicos a quienes lo sufren. Y también bastantes jóvenes que terminan los estudios universitarios se desesperan y se deprimen porque no encuentran un empleo relacionado con lo que han estudiado tras haberse esforzado mucho y haber invertido tiempo y dinero. Por otra parte, también hay casos de acoso en los lugares de trabajo, donde en muchas ocasiones hay que lidiar con jefes prepotentes y encargados dictadores; o con compañeros envidiosos que hacen la pelota a los superiores y tragan con todo pensando, equivocadamente, que van a heredar la empresa. Y es que el sistema capitalista imperante fomenta el individualismo. Hay mucha gente que ve a otras personas como una amenaza para la consecución de sus objetivos (sobre todo laborales): hay individuos que ven al prójimo como alguien que les puede “quitar” un buen empleo, llegando a pensar que cuanto peor les vaya a los demás mejor va a irles a ellos. Prefieren ser tuertos con tal de que otros se queden ciegos. Es evidente que en la sociedad, además de haber una lucha de clases, hay una lucha de individuos. 


    La  mayor parte de las personas están sometidas a muchas presiones desde una edad temprana. Y hay que ser muy fuerte para soportarlas. Vivimos en una distopía, una sociedad no deseada, en la que es normal que haya tanta gente inadaptada y tan poca realmente feliz. El frenético ritmo de vida, con tanto estrés, favorece los cánceres y las enfermedades mentales. Casi la mitad de la población española padece estas últimas y acaban afectando al cuerpo en la mayoría de los casos (son psicosomáticas). España encabeza además el consumo de hipnóticos en Europa. Cada vez más personas tienen problemas de sueño por el estrés, la ansiedad y la depresión. Esta última es la causa de bastantes suicidios; están invisibilizados, pero en nuestro país hubo más de 4.000 en el año 2021. Muchos de ellos son de personas jóvenes que se ven atrapadas en un laberinto en el que no encuentran el camino de salida. La juventud y las personas desempleadas (sobre todo las que tienen más de 50 años) son las mayores víctimas de la precariedad, del paro, del elevado coste de la vida, de la vivienda por las nubes y de los salarios o ingresos bajos. En definitiva, de la inestabilidad y de la inseguridad. Y no puede haber salud mental si no hay calidad de vida. En lugar de tantos libros de autoayuda y de tanto asistente social y orientador laboral, debería haber más empleo digno y una Renta Básica. Con ella mejoraría notablemente la salud de la población. Y además toda la riqueza del país debería estar al servicio del interés general, tal y como dice el artículo 128 de la Constitución española. Es una de las asignaturas pendientes de la democracia desde la “modélica” Transición.

jueves, 10 de agosto de 2023

Las casas de apuestas, un peligro para los jóvenes

No salimos de una crisis económica cuando ya estamos en otra y ello propicia el que desde la pasada década estén proliferando los salones de juego y las apuestas en línea (en Internet). Hay personas que consideran, con mucha razón, que las casas de apuestas son la heroína del siglo veintiuno; aunque los dueños de las mismas no lo ven así porque se lucran con ellas, sin importarles el sufrimiento de la gente. Estos disfrazan de ocio lo que en realidad es un negocio que está arruinando económica y psicológicamente a muchas familias. Si en los años 80 bastantes jóvenes acababan enganchados a la heroína, ahora una parte importante de la juventud es ludópata. La adicción al juego es tan peligrosa como la de la heroína, la cocaína o el alcohol, ya que sus consecuencias familiares, sociales y económicas son similares. De hecho hay ludópatas que quitan dinero a la familia o roban a otras personas. Entran en un círculo vicioso del que es casi imposible salir sin ayuda sicológica y pueden acabar en la cárcel o suicidándose. El juego es, junto a las drogas y la prostitución, la ruina de los seres humanos. Además la actitud de los gobiernos suele ser tibia por la elevada recaudación tributaria que obtienen del mismo. 


   Por otra parte, los locales de apuestas tienden a concentrarse en barrios obreros; sobre todo en las grandes ciudades, como por ejemplo Madrid. Y no es casualidad: los dueños de estos saben muy bien que en zonas humildes hay más gente que sueña con una vida mejor y es en ellas donde más puede calar la idea de que apostando puede lograrse. Pero es una trampa, que nadie piense que va a llegar mejor a fin de mes o que va a arreglar su futuro de esa manera. En lugar de solucionar la vida, lo más probable es que esta se complique. Los que sin duda van a vivir mejor son los propietarios de estos antros, que sin escrúpulos se aprovechan de la pobreza y la vulnerabilidad de las personas de los barrios obreros. Además es lamentable y muy criticable que haya locales de apuestas cerca de centros educativos (de institutos, sobre todo), usando como gancho las apuestas deportivas y bebida más barata que en otros establecimientos. Bastante gente joven es carne de cañón porque se ve sin futuro. Por ello, es necesario fomentar la cultura y el deporte entre la juventud con la apertura de más bibliotecas y centros deportivos. En definitiva, hay que iniciar a los jóvenes en un ocio saludable a edades tempranas y estimularles a que se planteen retos o se fijen metas. De lo contrario la epidemia del juego seguirá acarreando graves problemas de salud pública.

jueves, 6 de julio de 2023

El negocio de las residencias

Casi 400.000 personas viven en residencias en España, con una edad media de unos 82 años. La mayoría de ellas, alrededor del 70 %, son privadas. Son un negocio tremendo y lo prueba el hecho de que hay metidos fondos de inversión en ellas. Servicios esenciales como el de los cuidados y la limpieza, en los que mayormente trabajan mujeres y en condiciones precarias en muchos casos, están en manos de oligarcas que obtienen pingües beneficios con ellos. La mayoría de dichos servicios deberían ser públicos, ya que las empresas privadas son negocios que fundamentalmente tratan de aumentar sus beneficios, aun a costa del detrimento en la calidad del servicio en bastantes ocasiones. Ha podido comprobarse en imágenes difundidas por medios de comunicación, en las que se han visto los comistrajos que dan a los ancianos en algunos geriátricos. Y aparte de escatimar en la comida, en bastantes residencias falta personal para atender a tanta gente dependiente. A veces, solamente dos trabajadores tienen que acostar a toda una planta de una residencia llena de personas que no se valen por sí mismas. El que los empleados y empleadas de las residencias no den abasto les genera estrés, y en ocasiones lo pagan con los residentes llegando a haber casos de maltrato. Un trabajo tan vocacional acaba desempeñándose mal por escatimar en personal. Deberían exigirse unas ratios para que haya una atención de calidad, pues en la mayor parte de los casos el que los usuarios de las residencias estén desatendidos no es por dejadez ni negligencia; es por falta de personal. Ello, además de repercutir en los usuarios, causa frustración a sus familiares. Y máxime con el elevado coste que suponen para los bolsillos, pues en general las residencias privadas son caras. Hasta tal punto que hay personas que para poder costearse una han tenido que dejar la casa en herencia a la residencia. 

   Por todo lo expuesto, lo mejor es que las personas pasen el mayor tiempo posible en su domicilio las últimas décadas de su vida, en lugar de aparcadas en residencias. En mi opinión estas deberían ser la última opción. En casa las personas mayores van a tener una atención más personalizada, libertad e intimidad. En este sentido la conocida como “ley de dependencia” (uno de los pilares del llamado Estado de Bienestar), es una ley progresista de 2006 del Gobierno de Rodríguez Zapatero que posibilita el que una persona cotice (si así lo desea) a la Seguridad Social mientras cuida a un familiar dependiente. Sin duda un avance importante que permite al cuidador que el tiempo destinado al cuidado del familiar se integre en su vida laboral y que la persona cuidada permanezca en casa. Creo que hay que priorizar este modelo de cuidados (apoyado por el Gobierno de coalición progresista), en contraposición al modelo privado (defendido por la derecha). Y no quiero terminar sin comentar algo que me parece muy criticable: en la década pasada, durante el Gobierno conservador presidido por Mariano Rajoy, la Ley de dependencia sufrió enormes recortes. En 2012 se llegó a quitar la cotización a más 170.000 cuidadores de personas dependientes. Rajoy adujo para su eliminación que era mucho gasto para el Estado; sin embargo varias mensualidades de los cuidados de su padre las pagó con dinero público, cargándolas al presupuesto de La Moncloa. Tuvieron que pasar varios años para que volviera a restaurarse dicha cotización; fue en 2019, unos meses después de que el PSOE volviera al Gobierno tras prosperar la moción de censura contra Mariano Rajoy. Está claro que todos los políticos no son iguales.

jueves, 1 de junio de 2023

Balance de la legislatura del Gobierno de coalición

Finaliza una legislatura con un inédito Gobierno de coalición (PSOE-Unidas Podemos) en la democracia española, posiblemente la más productiva en materia legislativa. Algunos decían que este Gobierno iba a durar poco y sin embargo ha conseguido sacar adelante todos los presupuestos generales del Estado, incluso en circunstancias adversas como una pandemia y la guerra en Ucrania. Al poco tiempo de su llegada tuvo que enfrentarse a una histórica pandemia en la que, a diferencia de otros países europeos, no contó con el apoyo de la oposición. Es más, el PP llegó a culparle de ella. La gestión que el Gobierno progresista hizo de la misma fue bien distinta a la realizada hace una década por el Gobierno conservador en la anterior crisis de carácter financiero. A pesar de que algo tan pequeño como un virus paralizó la actividad económica durante un tiempo, el Estado no quebró: siguieron pagándose las prestaciones y pensiones, etc. Además los trabajadores estuvieron protegidos con la aplicación de  los ERTE. Estos salvaron miles de puestos de trabajo y ahorraron los costes del despido a las empresas. En la crisis financiera que se inició en 2008 millones de personas perdieron su empleo, siendo abandonadas a su suerte. Los ERTE ya existían en el año 2010, pero Rajoy no los aplicó. Con él en el Gobierno se alcanzó la cifra de desempleo más alta desde 1978; fue en febrero de 2013, cuando la cifra de parados inscritos en las oficinas de empleo superó los cinco millones de personas. Y eso que Rajoy aspiraba a que hubiese más de 20 millones de personas cotizando a la Seguridad Social. Actualmente se supera esa cifra y con muchos contratos indefinidos por la Reforma Laboral. Además millones de trabajadores han visto mejoradas sus nóminas con la subida del salario mínimo a 1.080 euros (cuando M. Rajoy fue echado del Gobierno, en el año 2018, estaba en 735). Sin embargo es fundamental que los empresarios suban los sueldos a los trabajadores conforme al IPC para que estos no sigan perdiendo poder adquisitivo.

   En cuanto a las pensiones, el Gobierno de coalición progresista las subió a comienzos de este año un 8’5 % (la inflación media del año 2022), frente al 0’25 % de Rajoy que casi no daba ni para pipas (y encima de subirlas poquísimo, vació la “hucha de las pensiones”). Prefirió rescatar a las cajas en lugar de proteger a las personas. Además, en este 2023 el Gobierno ha logrado un acuerdo con Bruselas para reformar las pensiones sin recortes y asegurar su sostenibilidad aumentando los ingresos, subiendo las cotizaciones que pagan las empresas por los salarios más altos para subir las pensiones más bajas.

   El Ejecutivo progresista también creó el Ingreso Mínimo Vital (aprobado en mayo de 2020) para tratar de prevenir la pobreza de personas que viven solas, pero es insuficiente y además no llega a todos sus potenciales beneficiarios por la burocracia y la falta de personal en las oficinas de la Seguridad Social. Para acabar con la pobreza lo más eficaz es una Renta Básica Universal.  

PSOE y Podemos firmaron el acuerdo de Gobierno en diciembre de 2019
   

   Por otra parte, en esta legislatura se ha aprobado la ley de eutanasia, que entró en vigor en junio de 2021. Era necesaria una regulación que despenalizara la muerte asistida en algunas circunstancias, en casos extremos en los que el dolor es insoportable, como por ejemplo el de Ramón Sampedro o el de la mujer de Ángel Hernández.

   En relación con la polémica ley del “solo sí es sí” (aprobada en agosto de 2022) decir que, en mi opinión, su intención era buena -poner el consentimiento en el centro para definir las agresiones sexuales-, pero tuvo efectos indeseados. No obstante, las reducciones de condena y las excarcelaciones de violadores y pederastas podrían haberse evitado si los jueces hubiesen aplicado una disposición, según dijo el magistrado emérito del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín. Pero una parte importante de la judicatura es muy conservadora y trata de perjudicar al Gobierno, especialmente a Podemos. Solo hay que ver que el Consejo General del Poder Judicial lleva más de cuatro años sin ser renovado por el bloqueo del PP.

   En octubre de 2022 fue aprobada la ley de Memoria Democrática, que sustituye a la Ley de Memoria Histórica de 2007. Se fundamenta en los principios de verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición. Es muy importante que todos los ciudadanos del país conozcan la Historia; sobre todo la del siglo pasado, que casi no se enseña en los institutos. Que la gente sepa por qué se produjo la mal llamada “Guerra Civil” (una lucha de clases precedida de un golpe de Estado) para que no se repita semejante atrocidad; que todo el mundo tenga conocimiento de la represión en la dictadura franquista, periodo declarado ilegal en la nueva ley.

   La educación pública es uno de los pilares del Estado de Bienestar, fundamental para el progreso de la sociedad. En febrero de este año 2023 se aprobó el Real Decreto que regula la convocatoria de becas y el Gobierno destina a estas ayudas más de 2.500 millones de euros, la cantidad más elevada de la historia. Supone un incremento del 70 %  respecto al último año del Gobierno de Rajoy y van a beneficiarse más de un millón de estudiantes. Los alumnos más pobres repiten cuatro veces más que los que tienen más recursos y las becas reducen o incluso corrigen esa desigualdad.  

Foto previa al primer Consejo de Ministros, celebrado en enero de 2020
 

   Por otra parte, la Ley Orgánica de protección de la seguridad ciudadana, conocida como “ley mordaza”, no ha sido derogada ni reformada por la negativa del PSOE a reformar los artículos que han supuesto un tercio de las sanciones de dicha ley o a prohibir las devoluciones en caliente. Con ella el Gobierno conservador de Rajoy trató de acallar las protestas e intimidar a la sociedad civil. Perseguía que esta no se manifestara por los recortes y la corrupción, so pena de arriesgarse a elevadas multas. Sin duda, una mordaza a la libertad de expresión que recuerda tiempos pasados de autoritarismo.

   La ley de vivienda es una de las leyes más importantes del país por tratarse de un derecho humano, recogido en la Constitución. Estuvo más de un año bloqueada por la negativa inicial de la parte socialista del Gobierno a fijar topes a los precios del alquiler, pero finalmente fue aprobada en el Congreso el pasado mes de abril. Este año se está aplicando el límite del 2 % a la subida del alquiler, en 2024 será del 3 % y a partir de 2025 será más estable e inferior a la evolución del IPC. Asimismo, la ley de vivienda incluye la regulación de los precios de los alquileres con el establecimiento de un tope a los mismos en zonas tensionadas, donde más suben las rentas. También incluye la prohibición de los desahucios sin fecha y hora predeterminadas. Además reconoce la capacidad de poder utilizar los fondos de los planes estatales de vivienda a ofrecer alternativas habitacionales para personas en riesgo de desahucios mediante alquileres sociales bonificados. Por otra parte, habría que intervenir las hipotecas variables y ponerles un precio máximo. Y la creación de una banca pública, incluida en el programa electoral de Podemos, ayudaría a financiar las necesidades de la gente. En España hubo una banca pública rentable, Argentaria, que tenía la cuarta parte del mercado hipotecario. Pero fue privatizada por Aznar.

   Por todo lo anterior, yo creo que el balance de la legislatura del Gobierno de coalición es positivo en general, ya que este ha tratado de proteger a la gente en coyunturas económicas difíciles (con una oposición pésima que no ha ayudado en nada, tratando de tumbar al Gobierno desde el inicio de la legislatura); y se han producido avances importantes en cuestiones económicas y en derechos sociales. Podrían haber sido mayores, pero al PSOE le falta valor para hacer las políticas que pregona cuando está en la oposición. Sin la presencia de Podemos en el Gobierno de coalición, algunos de estos avances no habrían sido tan significativos. Dicha presencia ha sido y es muy incómoda para los poderes económicos, que están desestabilizando la economía disparando los precios de productos básicos, en otro intento de derribar al Gobierno. Ya lo intentaron con la energía y el Gobierno tuvo que intervenir el mercado eléctrico para abaratarla. A todo ello hay que añadir el acoso judicial y mediático al mismo (especialmente a Podemos) porque la derecha niega su legitimidad. Sorprendentemente, el PP viene liderando casi todas las encuestas. Si vuelve al Gobierno no solamente se frenará el avance en derechos para la mayoría, sino que se corre el riesgo de una involución.

lunes, 1 de mayo de 2023

El cambio climático es evidente

Su existencia está demostrada hasta por la ciencia. Aunque haya políticos conservadores que lo nieguen. En las últimas décadas están ocurriendo alteraciones climáticas que son la respuesta de la naturaleza al daño que ha recibido.

   Lejos quedan las grandes nevadas y las fuertes heladas de hace veinte, treinta o cuarenta años (cuando era un chaval), exceptuando las de la borrasca Filomena en enero de 2021. Ahora los inviernos no son tan duros y fríos como los de antaño. Los veranos llegan antes, son tan excesivamente calurosos que resultan insoportables y además terminan más tarde. Y con tanto calor se agrava la sequía. Ello favorece que los incendios se produzcan tempranamente, antes del verano; incluso en marzo, como ocurrió en Castellón y Teruel, por las temperaturas anómalas que hubo. Además la sequía afecta a la agricultura y el precio de los alimentos sube aún más.

   Cada año aumenta la superficie árida en España por el aumento de la temperatura y la disminución de las lluvias. También es preciso decir que la escasez de precipitaciones no es la única causa de que los embalses estén bajo mínimos. Si las eléctricas no los hubieran vaciado para subir el precio de la luz, ahora la reserva hídrica sería mayor. Y el agua es fundamental en nuestra vida cotidiana: para la higiene diaria, para cocinar y lavar, etc. Mucha gente no valorará su importancia hasta el día que abra el grifo y vea que no cae ni gota. Sin ir más lejos, el pasado verano el nacimiento del Río Duero, en Urbión, estaba seco.  

Oso polar desnutrido por el cambio climático

   Por otra parte, el número de coches en circulación se ha incrementado notablemente desde finales del siglo pasado. El parque automovilístico español tiene una media de 15 años y hay coches que incluso tienen 20 (años). Los motores de combustión de entonces son bastante más contaminantes que los de ahora. Lo malo es que no todas las personas pueden permitirse comprar un coche nuevo y siguen rodando con el antiguo. Los veintisiete países de la Unión Europea acordaron en marzo la prohibición de los coches de combustión a partir de 2035. Los fabricantes de estos presionaron a los gobiernos para retrasarla. El coche eléctrico con batería es una buena alternativa a ellos, aunque de momento no está al alcance de todo el mundo. El transporte público es más asequible; la bicicleta la opción más barata y saludable. Todo lo que sea reducir el tráfico supone una mejora en la calidad del aire. Con el confinamiento por la pandemia, la contaminación atmosférica se redujo al mínimo (sobre todo en grandes ciudades como Madrid, en la que desapareció la famosa “boina negra” y pudo verse el azul del cielo). Y cuando estuvimos encerrados en casa, además de reducirse el tráfico, también descendió la actividad económica por el funcionamiento a medio gas -o cierre temporal- de fábricas, lo cual benefició al medioambiente. Fueron algo más de tres meses los que estuvimos confinados en casa, un tiempo suficiente para mostrar con claridad los defectos del sistema capitalista.

   Por otra parte, es muy importante reparar todo lo que se pueda (y compense), reutilizar y reciclar para que los vertederos no se llenen tan rápidamente. El metano y otros gases de efecto invernadero (como el dióxido de carbono) emitidos por los vertederos causan el deshielo de los polos, por lo que los osos blancos o polares acaban muriendo de hambre. Hay ciudades que aprovechan el metano producido por sus vertederos convirtiéndolo en electricidad para el metro y para alumbrar las calles. Además hay que apostar al máximo por las energías renovables (solar, eólica y undimotriz, esta última producida por la fuerza de las olas del mar).

   Termino con una reflexión del gran naturalista y divulgador medioambiental Félix Rodríguez de la Fuente, quien dijo que “debemos cuidar y amar a la naturaleza como respetamos a nuestra madre”. Y pienso que tiene toda la razón, ya que nos va la salud y la vida en ello. Y no solo la nuestra, también la de las siguientes generaciones, a las que debemos dejar un mundo mejor.

 

miércoles, 12 de abril de 2023

Acabar con la pobreza es cuestión de voluntad

Hasta hace unas pocas décadas, una persona conseguía vivir dignamente teniendo un empleo. Ahora, bastante gente que lo tiene no sale de pobre. Y también hay personas que incluso trabajando tienen que recurrir a la caridad, algo que no debería pasar. El trabajo remunerado (empleo) no es suficiente para distribuir la renta de una manera justa y equitativa. Los empresarios, dueños de los medios de producción, distribuyen la riqueza generada por los trabajadores y se quedan con la mayor parte pagando bajos salarios. Como los medios de producción no son públicos (aunque debieran serlo) y el avance tecnológico es imparable y va en aumento (más robótica e informática, Inteligencia Artificial, etc.) es necesario que el Gobierno ponga un impuesto a los propietarios de dicha tecnología e implantar una Renta Básica Universal. Sería una estupenda forma de distribuir la riqueza; sobre todo ahora que tanto se habla de un pacto de rentas por la fuerte subida de los precios. Tengamos en cuenta también que no va a haber empleo para millones de personas, por muy preparadas o formadas que estén. En 2018, el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz dijo que “el 90 % de los que nacen pobres mueren pobres por más esfuerzo que hagan y el 90 % de los que nacen ricos mueren ricos independientemente de que hagan o no mérito para ello”. Pienso que su reflexión es muy acertada. Por lo tanto, de no implementarse la mencionada Renta Básica, la mayoría de la gente acabará siendo pobre. Y como el sistema capitalista (inhumano, egoísta e injusto) no garantiza una vida digna a todo el mundo, cada vez más personas la buscan fuera del mismo, al margen de la legalidad. Y de hecho los delitos están aumentando (más robos con fuerza, mayor venta de drogas, más ciberdelitos, etc.)

    Una minoría concentra cada vez más riqueza (un 1 % tiene más dinero que el resto de la población), la clase media va reduciéndose y la clase trabajadora sobrevive o malvive (no ahorra o es pobre). No es de extrañar lo que está pasando, ya que el sistema capitalista oprime a la mayoría para que una minoría viva en la opulencia. En esta situación que vivimos también influye sobremanera la falta de conciencia de clase en la sociedad: muchas personas obreras y pobres actúan contra sus intereses (y los de la mayoría) votando a la derecha cada vez que se abren las urnas. Todo quisqui debería tener claro que quien depende de un salario para vivir pertenece a la clase trabajadora y la derecha no defiende los intereses de esta. Cuando gobierna un partido conservador la pobreza y la desigualdad crecen todavía más. Por otra parte, el trabajo como lo hemos conocido escasea (por ejemplo que una persona entrara en una empresa siendo joven y se jubilase en ella). Y aunque hay mucha gente cotizando a la Seguridad Social, bastante tiene contratos a tiempo parcial; sobre todo en la hostelería, donde los camareros suelen trabajar más horas de las que se les pagan.

   Por todo lo expuesto, los años venideros serán buenos o malos en función de que se implemente o no una Renta Básica Universal. Lo que hace falta es voluntad política para ello. Si todavía no se ha instaurado es porque hay políticos que se resisten a dejar de controlar a los ciudadanos y personas que quieren seguir sometiendo a las demás. También existe gente a la que no le interesa que se acabe la pobreza porque vive de ella: cada vez hay más oenegés y sin embargo el número de pobres no para de aumentar. Por otra parte, la Iglesia católica tampoco está por la labor de solucionar la pobreza; y eso que tiene dinero para acabar con ella en todo el mundo un par de veces como mínimo. Además los poderosos apoyan la religión con vehemencia: mientras la gente reza no protesta ni se queja de su miserable existencia.

   La Renta Básica daría libertad real y garantizaría la existencia material a toda la población, al tratarse de un ingreso por encima del umbral de la pobreza. Nadie lo pasaría mal en situaciones sobrevenidas o provocadas, tales como crisis, pandemias, guerras, etc. La Renta Básica, además, sería compatible con los ingresos procedentes del trabajo. No se trata de un subsidio más, sino de un derecho que absorbería a todos ellos (incluido el subsidio por desempleo). El filósofo Bertrand Russell, una de las mentes más brillantes del planeta, dijo que “una vez terminada la educación, las personas deben recibir un ingreso mínimo y quedar completamente libres”. Este no generaría vagos; al contrario, incentivaría el emprendimiento (los ricos lo tienen más fácil para emprender porque pueden permitirse fracasar) y las personas podrían desarrollar todo su potencial.