lunes, 25 de julio de 2011

Las sectas: destrucción de la vida y la libertad

Las sectas (esas doctrinas religiosas u organizaciones ideológicas que se diferencian o independizan de otras) se convierten a menudo en noticia. Unas veces porque una persona desaparece de repente y “nadie” sabe dónde está (y cuando se la localiza resulta que se encuentra en manos de alguna de ellas y ya está muy cambiada y no quiere volver con su familia). Otras veces porque un miembro de una secta se opone a una transfusión de sangre de la que depende la vida de uno de sus familiares. Y en el peor de los casos, saltan a los medios de comunicación por un “suicidio colectivo” de sus miembros.

   Pero veamos por qué surgen las sectas. Normalmente detrás de casi todas ellas hay inteseses económicos. A veces también se abusa sexualmente de sus miembros. Cuando hay ánimo de lucro, se constituyen como sociedades -o incluso se camuflan como una Organización No Gubernamental para recibir subvenciones estatales-  y sus trabajadores (muy emperifollados, por cierto) se encargan de vender o meter en los domicilios una infiltrante propaganda. Es el caso de los Testigos de Jehová. Cuando hay abuso sexual, operan de una manera ilícita y clandestina, no encontrándose registradas legalmente como grupo religioso en ningún sitio. Pero en ambos casos, sus miembros son muñecos o marionetas fácilmente manejables al servicio de sus fanáticos dirigentes.

   Las presas fáciles de las sectas suelen ser personas que desean huir de casa o que tienen conflictos familiares o personales. Las mismas los capturan a través de falsas promesas, hablándoles de un amor, un cariño y un apoyo que nunca recibirán. Por ejemplo, los Testigos de Jehová les piden el dinero porque, según ellos, mediante carambolas de los capítulos y versículos de su Biblia han profetizado que el fin del mundo está cerca y llega el día del juicio final. Y les dicen que sólo los pobres podrán vivir para siempre y sin dolor en el paraíso de la Tierra. Y en el caso de las sectas prostituidas las explotan todo lo que quieren y más. Es decir, son unos delincuentes que les lavan el cerebro (les anulan la personalidad, el razonamiento y la coherencia) pidiéndoles que dejen todo y les sigan a cambio de un techo, ropa y comida ¡y qué comida!. Pero en la mayoría de los casos existe el abuso sexual. Y además no reciben sueldo, a diferencia de los que trabajan para sectas constituidas como sociedades. Los miembros de las sectas prostituidas viven en la miseria. Las personas que caen en sus redes a corta edad (y que no figuran en el mundo como personas vivas) quedan marcadas psicológicamente para siempre, si es que no terminan suicidándose. Y hay otro aspecto digno de señalar: En la mayoría de las sectas, los dirigentes (que son muy pájaros) no dicen ni pío a los familiares de los miembros si los primeros piden información de éstos.

   Las sectas se basan en una hábil coartada para justificar y excusar sus perversos actos: que en una democracia una persona puede decidir libremente sobre la dirección de su vida si es mayor de edad. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ser mayor de edad no es sinónimo de madurez. Además, hay personas que no pueden decidir libre y juiciosamente sobre su vida, ya que sufren depresiones, trastornos psicológicos y/o emocionales, inadaptación, falta de amigos, soledad, etc. En unas pocas palabras, a las sectas les interesa aprovecharse de las personas que tienen un vacío en el interior de su alma y que están atravesando un bajón emocional. Éstas necesitan la ayuda real de un buen especialista, y no la de un ángel hipócrita que se presenta como un salvador y como la solución a sus problemas. Ese supuesto ángel es el mismísimo demonio, puesto que en realidad lo que pretende es utilizar y sobornar a esas personas de un modo solapado, “secuestrándolas” con mentiras. Aparte de lo que sus víctimas crean, las sectas usan procedimientos dañinos para camelarlas. Sus ideas son intolerantes, represivas, egoístas y asesinas. De “cristianos”, nada.

   Algunos psicólogos (e incluso ex-dirigentes que en un acto de honradez han dado la cara para decir la verdad, tras haber abandonado las sectas por dejar de compartir los espurios intereses que existen en ellas) afirman que el efecto psíquico que producen las mismas se sitúa en segundo lugar después de las drogas estimulantes, narcóticas y alucinógenas. Las sectas también son el opio del pueblo. Antes de terminar, quiero decir que estoy en contra de todas porque me parecen aberrantes, detestables, aborrecibles e inmorales. Además, suponen el aniquilamiento de los seres humanos que buscan en ellas el calor del amor. Las sectas no valoran los más importantes y valiosos tesoros que puede poseer el ser humano (la salud, la vida, la libertad y la familia), sino que los destruyen con sus intereses. No tienen vergüenza.

   Cuando un individuo tiene una personalidad fuerte y sabe el camino que debe seguir en la vida (no es voluble y huye de la persuasión) y, además, tiene por bandera la ética y se interesa por la cultura y la filosofía es muy difícil (por no decir imposible) que caiga en la trampa de unos cuantos mafiosos pervertidos, corruptos, mangantes y sin escrúpulos. Para ser feliz y libre en la vida, es necesario buscar la verdad y no comulgar con la trapalería de las sectas.

Publicado en Diario de Soria el martes 21 de abril de 1998

sábado, 23 de julio de 2011

El aborto, mejor seguro y controlado

Vaya por delante que estoy a favor de que el aborto se haya regulado con una ley mejor, y desde luego quiero dejar bien claro que con esta opinión no es mi intención promocionar el mismo. Me explico. En primer lugar, no por prohibir el aborto se acaba con él. Por ello era necesaria una ley que lo regulara de una forma más amplia y completa, para que se haga de manera controlada, no en la clandestinidad, dentro del plazo estipulado en la misma, para que la mujer tenga unas garantías de seguridad e higiene. Y además creo que a ninguna mujer le gusta abortar, pero cada una vive unas circunstancias personales, económicas y familiares que le pueden llevar a tomar la decisión de hacerlo y no debe ser condenada por ello.

    Por otra parte, y sobre todo antes de la entrada en vigor de la actual ley del aborto en 2010, se han practicado bastantes abortos a mujeres en avanzado estado de gestación en clínicas privadas extranjeras y españolas... a las que por cierto van ricos mayormente, y en las que por dinero se realizan abortos a mujeres embarazadas de ocho meses incluso, y esto ya no me parece nada bien. Además hay gente conservadora que critica el divorcio y el aborto, que se dedica más a aparentar y tapar que a vivir, por el qué dirán, y con el tiempo se beneficia de las leyes aprobadas. Pienso que estas personas tienen una doble moral.


   También quiero comentar que el aborto no es un homicidio y de hecho el Código Penal diferencia claramente el aborto y el homicidio. Además, una persona adquiere derechos constitucionales y legales a las 24 horas de venir al mundo (según el Código y el Derecho Civil, el ser humano toma denominación jurídica como tal pasadas 24 horas de su nacimiento). Aparte, según el diccionario de la Real Academia Española, aborto es la interrupción del desarrollo de un feto durante el embarazo. Este feto no tiene vida propia, está en una especie de relación parasitaria, pues vive a expensas de otra persona. Además un embrión no es una persona como una semilla no es un árbol.

   No obstante, creo que el aborto debería ser lo último, hay métodos anticonceptivos eficaces, sobre todo el condón (que salvo la alergia que pueda producir el látex es de lo más inocuo), para evitar no sólo el embarazo no deseado sino enfermedades de transmisión sexual. Con los métodos anticonceptivos que hay y si la gente es responsable los abortos pueden llegar a ser mínimos. Finalmente decir que la ley que entró en vigor el verano pasado es menos restrictiva que la anterior de 1985, ya que no exige alegar motivos para abortar (aborto libre y gratuito). Y a pesar de ello, aun siendo menos restrictiva, los abortos se han reducido un año después, pues es una ley que va acompañada de educación sexual para que la gente use medidas preventivas para evitarlos. Y en definitiva, la educación contribuye a formar personas responsables de sus actos.

Publicado en Heraldo de Soria el jueves 14 de julio de 2011

jueves, 21 de julio de 2011

Una reforma laboral ineficaz

España va a salir más tarde de la crisis que otros países europeos porque el Gobierno no tomó medidas a tiempo y algunas de las tomadas resultan ineficaces, al menos a corto plazo. Una de esas medidas que con razón no convence a los sindicatos ha sido la reforma laboral que, aunque tiene algunos elementos que van en la buena dirección, tras algo más de un año de su aprobación no ha conseguido mejorar el problema del desempleo ni reducir la temporalidad (es más, la ha aumentado) ni que los jóvenes tengan oportunidades laborales. Son ellos los más castigados por la crisis, ya que casi la mitad están en paro.

   Con la reforma laboral los trabajadores han visto recortados algunos de sus derechos. Al empresario le sale más barato despedir con ella. Y la cuestión no es abaratar el despido, sino fomentar la contratación. Para ello el crédito bancario debe llegar a las pequeñas y medianas empresas. Dado que el dinero público que el Gobierno prestó a la banca (sin exigirle contraprestación alguna además) no ha servido para que fluya el crédito a las familias y a las Pymes, pienso que el Estado debería tener cierto control de las entidades financieras. Por ello, es necesaria una banca pública como fue en su día Argentaria (rentable y privatizada por el Sr. Aznar). El crédito entonces era más fluido, ya que la gran mayoría era dinero público. La nacionalización de una parte de la banca reactivaría la economía, al aumentar el consumo de las familias y proporcionar liquidez a las empresas insolventes.
                                                                        

   Uno de los principales motores de la economía es el consumo. Actualmente la demanda interna es débil, y en ello ha influido la subida de impuestos indirectos, que gravan el consumo, y particularmente la del IVA. Subir el IVA equivale a bajar sueldos y pensiones, la gente pierde poder adquisitivo al disponer de menos dinero en su bolsillo. También han subido los hidrocarburos, la luz, el gas natural y el butano, pues el Gobierno busca aumentar la recaudación. Y pienso que es un obstáculo para la recuperación de la economía porque la gente gasta menos en general, el dinero no se mueve de mano en mano y ello no genera actividad comercial y empresarial. Si los comercios venden menos o incluso poco, las empresas no logran dar salida a su producción y ello conlleva aumento del paro (especialmente en España), aun cuando algunas no tengan pérdidas sino una reducción en el margen de beneficios. Y en un momento de crisis los empresarios deberían tener en cuenta que no pueden aspirar a tener los mismos beneficios que cuando no la hay. Estamos viendo cómo grandes empresas que tienen altos beneficios siguen despidiendo a trabajadores porque quieren facturar lo mismo que cuando no había crisis, y esto no es de recibo. En Alemania las cosas se hicieron mejor y para paliar los efectos de la crisis se redujo la jornada laboral de los trabajadores en lugar de echarlos a la calle. Siempre es preferible tener a una persona trabajando menos horas y cobrando proporcionalmente a tenerla en paro. Uno de los aspectos positivos de la reforma laboral española es que incluye el “modelo alemán”.
 
   Una reforma laboral justa y útil sería la que repartiera el trabajo. Reduciendo la jornada laboral a 35 horas semanales (sin que ello conllevara una reducción de salario, pues no por estar más horas en un trabajo se produce y rinde más) se lucharía contra el paro. Asimismo deberían ser penalizadas las horas extras que suponen la pérdida de muchos puestos de trabajo. También sería importante que no se permitiera el pluriempleo, que se impidieran las prejubilaciones en determinadas profesiones y adelantar la edad legal de jubilación a los 60 años para que los jóvenes entraran en el mundo laboral en torno a los 20 años. Pero lamentablemente ya nos vamos a jubilar más tarde. Y por desgracia también vamos camino del despido gratuito, de largas jornadas de trabajo y de una reducción de los salarios. Sobre todo si el PP gana las elecciones.

Publicado en Heraldo de Soria el miércoles 20 de julio de 2011